jueves, 15 de julio de 2010

Confesiones de una niña amordazada


Este post nace de un proyecto que estoy haciendo... ¡Bueno, realizo muchos proyectos, pero este tiene un significado especial! Por mucho tiempo he estado en silencio y he escrito varias cosas que se han quedado en papeles, cuadernos bonitos o archivos de Word. Desde el año 2008, todo aquello que ha estado disperso comenzó a ordenarse y ocurrió algo importante: se me rompió mi bloqueo de escritora. ¡Creo que pasé demasiado tiempo en silencio! Aún no he logrado romper ese silencio del todo, pero sí, al menos, dar pasos de bebé en la construcción de una carrera como escritora profesional. El proyecto es crear un conjunto de herramientas que me sirvan para experimentar con la literatura.

¿Por qué creo que me ocurrió esta sequía de tanto tiempo?

Las razones que enlisto a continuación me parecen las más importantes:

1. Una excesiva crítica a mí misma. Tenía encima muchos "deberías", muchas exigencias y una gran capacidad de decirme a mí misma que lo que estaba haciendo no era suficientemente bueno. Cuando leo mis textos tiempo después de haberlos escrito, casi siempre siento que sí son buenos y que están bien escritos. Así que una manera de aflojar esa terrible tensión de escribir bajo el ojo autocrítico es decirme a mí misma: "lo estás haciendo bien", "sos suficiente" y si queda mal, "¿qué importa?"

2. Una formación en filología que a veces pesa. Ser filólogo es bonito, pero trabajar siempre la literatura desde el punto de vista de la disección es terriblemente escalofriante. Los libros dejan de ser libros para convertirse en objetos de análisis. Mi metáfora para esto es: en vez de encontrarte con tu novio para decirle cosas bonitas, lo estás esperando con un bisturí para verle las entrañas. Así que mi profesión a veces se vuelve contra mí. La escuela universitaria te crea (o me las cree yo sola) ideas de lo que "sí" vale la pena leer, lo que no es literatura, lo que es solo texto de garage. Confieso que el primer libro de Paulo Coehlo que leí fue El Alquimista, así unos pocos meses y con un fin meramente práctico. Aunque Coehlo no pasó la prueba porque realmente no me pareció un buen escritor, he tenido que reaprender a leer prosas tradicionales y a apreciar la literatura tal y como es, como se nos presenta. Mis estándares eran demasiado altos.

3. La niña interior estaba amordazada. Me leí un libro interesante sobre el bloqueo. Justamente dice que cuando obligamos a nuestro niño interior ( a mi niña interior) a realizar algo, le estamos impidiendo jugar y, sencillamente, se paraliza. Hay que volver a creer que la literatura es un juego. Este punto se parece a 1, o al menos está relacionado. Es interesante, al respecto, lo que he aprendido recientemente en un taller literario dirigido por Luis Chaves en que hemos hablado de escribir sin poses, abandonando la idea de la LITERATURA y abrigando más una idea de la literatura y sin ponernos vestido de domingo para escribir.

Estas ideas las tengo presentes ahora, pero se me ocurrirán más para agregar a este post. Para concluir, me gustaría recomendarlesLanguage is a virus, un sitio web que me ha gustado mucho y que sirve para encontrarle provocaciones a la escritura. Reúne ejercicios, opiniones y prácticas para atacar el bloqueo. Al novio hay que darle besitos.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Sabina y porrazo

Voy a hablar de una que tengo desde hace tiempo y que se me revolcó ayer en el concierto de Sabina. Yo decidí ir al concierto un poco tarde, pero una prima mía estaba en la fila desde la tarde con sus amigos y habíamos quedado de encontrarnos después. Cuando entré, ya la gente había pasado. Mi prima se salió de su sitio para ir a buscarme. Luego tratamos de llegar a donde estaba ella originalmente. La gente tendía a no dejarnos pasar y teníamos que empujar un poco. Pero todo se complicó cuando nos pusimos delante de una muchacha, por cierto bastante "vestidita". No nos pensábamos quedar ahí, queríamos llegar donde estaban los amigos de mi prima. Pues esta muchachita comienza a empujarme en la espalda fuerte, con las manos. Yo soy extremadamente paciente, pero después de la tercera vez me volví y le levanté la mano y le dije que me dejara de empujar, que nosotras teníamos a nuestros amigos adelante. Se puso a gritar que nos quitáramos. El punto fue tal que el novio la tuvo que calmar. Juro que si me empujaba otra vez más, creo que le hubiera dado un golpe en la cara. Mi idea es que la violencia y la falta de solidaridad no solo se ven institucionalmente, sino en lo cotidiano, en el tipo que te tira el carro, en el que te echa la basura frente a la casa. en el que no te deja pasar en el concierto. Eso de ser solidario con el vecino se está perdiendo en CR y creo que muy pocas personas se dan cuenta.

miércoles, 31 de marzo de 2010

De ortografía y otros naufragios

Este es un artículo que saqué hoy en La Nación.

La Nación del 21 de marzo del 2010 dice que los “Estudiantes naufragan en ortografía por falta de lectura”. Un reportaje en la misma línea, aparecido en este diario, el 21 de febrero, indica que los estudiantes tienen problemas de comprensión de lectura y ortografía. Estas noticias pueden parecer alarmantes, pero no son nuevas. Estos titulares podrían haber aparecido, perfectamente, hace veinticinco años.

En 1985, dos investigadores en linguística, Ana María Rodino y Ronald Ross, publicaron por primera vez el libro “Problemas de expresión escrita del estudiante universitario costarricense”. La tarea que realizaron estos investigadores fue quijotesca: reunieron un corpus de 2234 redacciones de estudiantes de todo el país y las analizaron. A partir de ese estudio, determinaron cuáles eran los principales errores de expresión escrita de los jóvenes universitarios.

El panorama obtenido fue desalentador. Los errores pululaban y estaban presentes en todos los niveles del texto. Los investigadores concluyeron que se trataba de un único problema, muy serio (en palabras de los autores: “largo, ancho y profundo”). El problema afectaba a grandes sectores de la población de todo el país (de distintas edades, sexo, clases sociales y niveles de instrucción) y en todos los niveles del lenguaje.

Veinticinco años después, las cosas no han cambiado. Los problemas de escritura de los estudiantes no se limitan a la ortografía; están en todos los niveles del texto. Habría que preguntarse, cómo, en 25 años, el panorama descrito por Rodino y Ross no ha cambiado en nada.

En relación con este tema, quisiera aportar la visión que he forjado, luego de trabajar, en el Instituto Tecnológico de Costa Rica, una investigación al respecto y una en relación con el léxico de los estudiantes universitarios, que está en proceso. Señales de naufragio. Se señalan muchas causas para este problema, principalmente, desinterés por parte de alumnos y docentes, mal uso del lenguaje en medios tecnológicos y falta de lectura. Me referiré en este espacio al tema de la situación del profesor, poniendo como ejemplo el caso universitario, que conozco de cerca.

Un profesor de escritura en la universidad que da cuatro cursos tiene, en total, 128 estudiantes. Si a cada uno le solicita un texto de 100 palabras por semana (que equivale a un párrafo, más o menos), tiene que corregir 12.800 palabras por semana (unas 20 páginas a espacio sencillo, en letra 11). Pero con un párrafo por semana difícilmente se puede lograr algo. De hecho, los mismos estudiantes se ríen si se les solicita escribir un párrafo por semana. Si se pide un texto de 500 palabras por semana, el profesor debe revisar 64.000 palabras por semana, lo que equivale a unas 100 páginas por semana.

Eso solo en relación con el acto de escritura en sí mismo. Pero este mismo profesor debe realimentar a sus alumnos. En un mundo ideal, este profesor debería poder sentarse con sus estudiantes, poder explicarles cuáles son sus fallos y cómo podrían evitarlos. Además, para esto, debe haber podido enseñar a sus alumnos las nociones básicas de teoría del texto, que harían posibles estas transformaciones. Nuevos horizontes. Creo que la situación de la pedagogía de la escritura está en crisis, porque el problema y las soluciones que se le tratan de dar obvian los últimos avances de la investigación sobre el tema.

Existen muchas alternativas que deberían probarse, tomando en cuenta las adaptaciones que habría que hacer para que el entorno y los recursos sean los adecuados.

Se han identificado dos perspectivas linguísticas que constituyen una base alternativa para el abordaje pedagógico de la escritura, al menos en la universidad. La primera es la perspectiva metacognitiva. La metacognición es el proceso de conocimiento que elabora una persona sobre su propia manera de conocer.

Esto supone para la escritura la idea de que si el escribiente conoce los procesos de producción del texto escrito, sus lógicas de procesamiento mental y las causas de sus principales errores, puede monitorear y regular su propia producción. En este sentido, una propuesta didáctica se dirigirá a hacer consciente al escribiente de sus procesos y de la participación que tiene su pensa- miento en el mejoramiento de sus habilidades.

La segunda corriente se conoce en español como Escribir en el Currículum (Writing Across the Curriculum WAC, en inglés). WAC propone que el aprendizaje de la escritura se lleve a cabo en cada carrera, a lo largo de toda la vida estudiantil y que esté a cargo de equipos heterogéneos en que los profesores de la disciplina colaboren con los profesores de escritura para crear espacios de aprendizaje adecuados al entorno y las necesidades específicas de cada ámbito profesional.

El profesor de escritura se convierte en un tutor, cuya tarea se refuerza por medio de otros espacios de enseñanza-aprendizaje, como laboratorios de producción escrita, “consultorios”de redacción o aulas virtuales de escritura. Estas dos perspectivas se pueden aplicar en el ámbito universitario y el Instituto Tecnológico de Costa Rica realiza los primeros pasos dentro de ellas.

A nivel nacional, deben analizarse las últimas propuestas en los niveles de primaria y secundaria para realizar cambios significativos. La voluntad política y la apertura son elementos indispensables, pues solo con soluciones nuevas y una visión de vanguardia pueden revertirse los problemas actuales. Si no se dan estas acciones, dentro de 25 años los titulares serán los mismos.

lunes, 29 de marzo de 2010

Tiempo para leer, ¿existe todavía?

El sábado estuve en un conversatorio de escritores jóvenes con Warren Ulloa, Alonso Matablanco y Daniel Garro. El conversatorio fue en el CENAC, en las Torres del Colegio de Costa Rica. La discusión, al final, se trasladó a la lectura. Varias personas del público preguntaron sobre nuestras lecturas, sobre si un escritor debía también ser lector y sobre cuáles eran los libros que pensábamos que era imperdonable no haber leído.
Mi respuesta fue que soy selectiva. No tengo mucho tiempo para leer, por lo que prefiero leer clásicos y obras fundamentales en ese valioso tiempo que reservo para la lectura.
¿Ustedes qué opinan? ¿Qué leen? ¿Cuánto tiempo tienen para leer en su vida normal? ¿Y qué libros les parecen fundamentales?

sábado, 13 de marzo de 2010

Te invito a reescribir El dinosaurio

Augusto Monterroso es un escritor guatemalteco que cultivó el género del microrrelato como un sello personal. Uno de sus cuentos más conocidos es “El dinosaurio”. Dice:

Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.

Este cuento tiene muchos secretos… Por ejemplo, si te fijás, hay dos personajes: el dinosaurio y quien despertó. Eso quiere decir que antes del momento de despertar, ya habían estado juntos y algo había pasado con ellos.

¿Te animás a imaginarlo? Escribí aquí tu propia versión de El Dinosaurio.

Los minirrelatos


Los microrrelatos son textos pequeñísimos que narran algo. Por sus características, muchos no saben cómo entenderlos. ¿Son cuentos? ¿Son pequeñas poesías en prosa? ¿Son realmente narrativos?

Lo que sabemos de los microrrelatos es que la mayoría son fragmentarios, breves, narrativos y expresivos. Un microrrelato siempre busca un lector activo. Este tipo de texto ha recibido nombres curiosos: relato pigmeo y escritura enana.

jueves, 11 de marzo de 2010

Usa protector solar

El año pasado estuve llevando un curso de Publicidad. Mi profesor nos mostró este video y me sigue pareciendo la mejor manera de comenzar cualquier clase que doy. Se los muestro porque está lleno de vida y porque me recuerda que respirar no es un acto de azar. ¡Disfrútenlo!